¿Qué es la meniscopatía?
La función de los meniscos es repartir la fuerza entre las superficies articulares, lo cual es importante, ya que protege al cartílago articular de un desgaste excesivo.
¿Cómo se trata la meniscopatía?
Realizamos un tratamiento de fisioterapia y osteopatía donde ajustamos la articulación y trabajamos la musculatura afectada. Además, utilizamos técnicas como la neuromodulación, técnica invasiva ecoguiada donde, a través de una fina aguja, estimulamos el nervio afectado, para restablecer su potencial de activación y que vuelva a funcionar correctamente; la electrolisis percutánea intratisular ecoguiada, a través de una aguja se aplica una corriente continua al tejido afectado, para neuromodular el dolor en ese tejido y, además, crear una hiperemia (aumento del flujo sanguíneo), que aportará nuevos nutrientes al tejido y retirará los materiales de desecho.
Será clave, además, el trabajo de control motor con ejercicios de reeducación específicos para el paciente, que realizamos desde la unidad de readaptación.
Por otro lado, contamos con tecnologías que pueden ayudar a complementar todo el trabajo manual como son: el Láser súper pulsado de alta potencia, haz luminoso que aumenta el metabolismo en el tejido aplicado para mejorar la circulación, mejorando, así, el aporte de nutrientes y eliminando inflamación; el Vacusport, que ayuda a mejorar el aporte sanguíneo y el retorno venoso; el SIS (Sistema súper inductivo), campo electromagnético de alta potencia que estimula el sistema nervioso para modular el potencial de activación nervioso y provocar analgesia; y las ondas de choque, ondas de sonido que, al producir el efecto de cavitación dentro del tejido, favorecen los procesos de regeneración y eliminan las fibras nerviosas tipo C (más pequeñas y que trasmiten dolor).
Por último, disponemos también de la última tecnología para patologías degenerativas de cartílago, se trata de la Resonancia Magnética Terapéutica MBST, una tecnología que libera energía a las células a través de la creación de un campo magnético que estimula las células del tejido dañado, consiguiendo, de una manera muy efectiva, una mejoría gracias al aumento en la calidad del tejido óseo y del cartílago de las rodillas.
¿Qué origen puede tener la meniscopatía?
Los síntomas de la meniscopatía son dolor en la rodilla o interlínea al flexionarla y estirarla, inflamación y, en casos de rotura más grande puede haber bloqueo al flexionar o extender la rodilla. Si bien algunas pueden requerir intervención quirúrgica, el resto pueden ser tratadas con fisioterapia, osteopatía o readaptación.
Consecuencias de no tratar una meniscopatía
Antes de llegar a ese punto, el cuerpo buscará compensaciones para intentar quitar peso a esa articulación lesionada. Esto hará que otras articulaciones tengan que cargar con un peso extra, lo que puede provocar la aparición de lesiones por sobreesfuerzo.
Testimonios de nuestros pacientes
Tecnologías asociadas al tratamiento de la Meniscopatía
Cómo podemos evitar la meniscopatía
Ante una meniscopatía, hay cuestiones que no se pueden controlar, como su origen, cuando se trata de una lesión. Pero, sin embargo, sí está en nuestra mano la posibilidad de tomar una serie de medidas que nos ayuden a prevenir el deterioro del cartílago, algo que se produce con la edad.
Lo más importante, y al alcance de la gran mayoría, sería hacer ejercicio de fuerza de piernas, al menos, una vez a la semana. Con ello, se preserva la musculatura del MMII, la cual ayudará a repartir, de una manera más eficiente, la carga que recibida por los impactos al caminar.
Por otro lado, el peso corporal también influye, ya que, si hay sobrepeso, se expone al tejido a una mayor tensión, algo que, lógicamente, contribuye a su deterioro.
Por último, también se puede prevenir la meniscopatía a través de la alimentación, ingiriendo alimentos que ayuden a mantener el fibrocartílago. Alimentos ricos en omega 3, un ácido graso que previene la osteoartritis; alimentos ricos en Vitamina C, una gran aliada a la hora de sintetizar el colágeno; el azufre, la lisina y los aminoácidos también tienen un papel importante en la protección del cartílago.
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