Alteraciones del aprendizaje, atención y comportamiento

¿Has notado que tu hijo/a tiene dificultad para mantener la atención cuando hace distintas tareas? ¿Le cuesta concentrarse? ¿Presenta problemas en la realización de algunas tareas o deportes? ¿Se muestra irritable con frecuencia?

Actualmente hay un gran porcentaje de niños de diferentes edades con problemas para mantener la atención (hablamos de un porcentaje de un 20%) y, por lo tanto, niños con dificultades en el aprendizaje. En muchos casos, estos niños toman medicación para solventar este déficit de atención.

Existe, también, otro porcentaje de niños que presentan dificultades en la lecto-escritura, en la prensión (el buen agarre de los objetos con la mano y con la fuerza correspondiente) y en la pinza bidigital radial (el agarre entre los dos primeros dedos de la mano). Algunas veces presentan, incluso, una mala coordinación a la hora de ejecutar tareas o deportes; o una mala capacidad para gestionar la frustración y el estrés.

Todo esto puede ser consecuencia de una mala evolución en las distintas etapas del neurodesarrollo, es decir, en el proceso de adquirir y madurar las capacidades y habilidades básicas durante sus primeros años de vida.

Este desarrollo irregular puede provocar que quienes lo padecen estén, en gran medida, predispuestos al fracaso escolar o a desarrollar problemas de comportamiento y de integración social; lo que conlleva un gran sufrimiento, tanto para el propio niño/a como para su familia.

¿Qué solución planteamos ante esta situación?

Al hablar de neurodesarrollo, tenemos que incluir en este término los aspectos: físico, social, emocional y psicológico. Y, por tanto, habría que evaluar cada uno de estos campos desde la óptica del profesional correspondiente.

Pero, además de ser necesario un diagnóstico médico, será necesario realizar un estudio de su desarrollo neurológico, su equilibrio y su organización en el espacio (sistema vestibular); una valoración para determinar la calidad de su visión y su audición (tanto en la recepción de las imágenes y los sonidos, como en el procesamiento posterior de éstos en las áreas cerebrales), cada uno por el especialista que corresponda. Y, por supuesto, tendremos en cuenta los aspectos sociales y emocionales, así como el entorno del niño. Todo ello nos marcará un proceso de tratamiento que nos permitirá poder ayudarle de la mejor manera posible, facilitándole desarrollar su potencial al máximo.

¿Cómo lo tratamos?

Realizamos una valoración del sistema vestibular, sistema musculo-esquelético o estructural y una evaluación del neurodesarrollo, es decir, una evaluación de cada una de las etapas de su desarrollo en los primeros años de vida. Así detectamos posibles alteraciones o algún déficit. Para ello utilizamos distintas escalas y test que nos marcarán una línea de trabajo. Sin olvidar las técnicas de terapia manual suaves, indoloras y específicas para cada edad que, además, nos permiten adaptarnos a cada caso de forma particular. Estamos hablando, por ejemplo, de la terapia manual pediátrica integrativa (TMPI).

Paralelamente, el fisioterapeuta indica una serie de ejercicios para hacer en casa, con el fin de asegurar y conseguir mejores resultados. En muchos casos se necesitará la colaboración y el trabajo combinado con otros profesionales, como son: psicólogo, logopeda y óptico-optometrista entre otros, ya que el trabajo multidisciplinar permitirá obtener resultados óptimos en el tratamiento.

Alteraciones del aprendizaje, atención y comportamiento

OTRAS NOTICIAS

Valora este post