¿Qué son las fracturas?
Se produce como consecuencia de la aplicación de una fuerza superior a la que éste puede resistir, pudiendo llegar a romperse totalmente o de forma parcial, lo que conocemos como fisura.
Existen algunos síntomas que podemos notar y que deberían alarmarnos en caso de haber sufrido una caída, un traumatismo o una torcedura grave.
Algunos de los más comunes que se manifiestan tras haber sufrido una fractura son:
- Hinchazón intensa, hematoma o hemorragia
- Dolor intenso en la zona del golpe o caída.
- Entumecimiento y hormigueo en la zona afectada
- Impotencia funcional, es decir, incapacidad para poder mover la articulación lesionada.
¿Cómo se tratan las fracturas?
Tenemos que diferenciar entre fracturas no desplazadas y fracturas con desplazamiento. En el caso de las fracturas no desplazadas, el hueso se rompe pero no se mueve de su sitio; en esos casos, con la inmovilización del foco de fractura durante unas semanas, será suficiente para su reparación.
En el caso de las fracturas desplazadas, sí que existe un desplazamiento de los extremos óseos. En esto casos, sí es necesario proceder a una reducción de la fractura por parte del facultativo para una correcta alineación del futuro callo óseo, pudiéndose llegar, en caso más severos, a requerir de cirugía.
En ambos casos se hará obligatorio respetar un tiempo mínimo de inmovilización.
En Clínica Luis Baños podemos comenzar con un tratamiento temprano, aún con la presencia de férula o yeso, ya que podrán usarse tecnologías como el SIS o la Resonancia magnética terapéutica. Con ellas aceleraremos la formación del nuevo tejido óseo, acortando el tiempo de formación del mismo, además de conseguir mejorar las condiciones estructurales del callo óseo, algo que, también redundará en una reducción del tiempo de recuperación de la fractura.
Además, en una fractura no solo se afecta el hueso fracturado, sino que también existen cambios en la musculatura circundante, en la sensibilidad de la piel, e incluso cambios corticales que pueden ocasionar cambios en el control motor. Por todo esto, comenzar el tratamiento con ejercicio físico desde el primer momento es esencial. Si tenemos una férula, no podremos mover esa área, pero existen herramientas como la imaginería motora, la discriminación táctil, la terapia espejo, la realidad virtual, etc., que han mostrado ser muy eficaces disminuyendo el tiempo de tratamiento, fruto de trabajar sobre áreas corticales implicadas en la zona lesionada, y disminuyendo los cambios, tanto a nivel tisular como a nivel cortical que normalmente ocasionan las fracturas.
Una vez retirada la inmovilización, un trabajo precoz de fisioterapia, osteopatía y readaptación hará que se le devuelva la funcionalidad a la estructura dañada con mayor rapidez, evitando problemas derivados del desuso, como son las rigideces y las fibrosis, además de trabajar la atrofia muscular (pérdida de masa muscular), consecuencia del periodo de inactividad.
Además, en Clínica Luis Baños contamos con tecnología de vanguardia que nos ayuda a favorecer la consolidación ósea en un tiempo más reducido. Nos referimos a tecnologías como las Ondas de choque, el Vacusport y el Vacumed; y el Láser superpulsado de alta energía, que actuará en fracturas aumentando el riego sanguíneo en la zona, aportando oxígeno donde está siendo aplicado, de tal forma que las células circundantes tengan los nutrientes necesarios para una recuperación más veloz.
Manifestaciones clínicas
Lo más importante si hemos sufrido algún traumatismo brusco, caída o golpe, es acudir lo antes posible a nuestro médico para que, mediante las pruebas radiológicas que considere oportunas, pueda realizar un diagnóstico rápido y eficaz.
Si has sufrido una fractura, el personal facultativo será el encargado de decidir si se debe tratar mediante cirugía o si, por lo contrario, deberá ser inmovilizada con escayola, así como el tiempo de inmovilización o reposo que necesitará para que el proceso de consolidación ósea sea el adecuado.
Sus causas
En el ámbito deportivo o en personas que realizan actividad física de manera regular podemos encontrar también fracturas por estrés. Este tipo de fracturas no requieren de un traumatismo brusco o gesto exagerado, sino que se producen por microtraumatismos repetidos o una excesiva carga en la estructura ósea.
¿Qué consecuencias podría tener no tratar una fractura?
Además, en ocasiones podemos encontrarnos con una complicación denominada retardo de consolidación, donde se produce una alteración en la evolución del proceso de consolidación ósea, en la cual, pasado el tiempo biológico donde debería haberse formado el callo óseo, sigue siendo visible la línea de fractura. Minimizar este riesgo es posible, gracias a tecnologías como el SIS y la terapia MBST de Resonancia magnética terapéutica, donde el tratamiento, totalmente indoloro, puede iniciarse de manera inmediata tras sufrir la lesión.
Testimonios de nuestros pacientes
¿Se pueden prevenir las fracturas?
A día de hoy sabemos que trabajar para evitar por completo una lesión, llámese fractura, esguince o cualquier otro tipo, es muy complicado, ya que la lesión no depende sólo del factor biológico, sino que también intervienen factores sociales, psicológicos y del entorno.
Pero sí que sabemos que el ejercicio físico es la herramienta más útil para disminuir el riesgo de lesión.
En caso de fracturas, al ser una lesión ósea, el entrenamiento de fuerza y de impacto graduado e individualizado será la mejor opción. El hueso es un tejido vivo, que para crecer y hacerse más fuerte necesita estímulos de tracción y compresión. Por ello, es este tipo de ejercicio el que va a disminuir el riesgo de que se rompa.
Ana Isabel sufrió una rotura de húmero por una caída en casa. Me acordé de que, cuando mi madre tenía algún dolor, iba a Clínica Luis Baños y decidí ir, pedir consulta y a ver qué decían. Decisión acertada porque me examinaron y me dijeron que sí tenía arreglo con tiempo…
puedes ver el testimonio completo aquí<Tras la intervención quirúrgica, en caso de que la hayas necesitado, o tras un período prolongado de inmovilización, es cuando verdaderamente empieza la parte más importante: tu recuperación.
Pincha en LEER ARTÍCULO y descubre de qué forma el equipo de fisioterapeutas y readaptadores de Clínica Luis Baños puede ayudarte a garantizar una recuperación efectiva.
Tecnologías asociadas
¿Cuándo desaparece el dolor en una fractura?
Nuestro objetivo es que la fractura se estabilice y consolide adecuadamente y, una vez consolidada, se podrá empezar a someter, a ese hueso, al trabajo con cargas. Pero es habitual que el dolor se mantenga hasta que la fractura haya consolidado adecuadamente.
Un hueso puede consolidar bien entre 6y 8 semanas, pero esa consolidación depende de muchos factores:
- el tipo de fractura,
- la edad (una fractura se recupera antes en niños que en adultos),
- el estado físico,
- los hábitos alimenticios, entre otros….
Por ello, el paciente tiene que ser consciente de que el dolor irá desapareciendo progresivamente y que, al depender de tantos factores, no se puede fijar un plazo concreto para la fijación del hueso. En ocasiones se puede hacer una aproximación, pero poco más.
Tipologías de fracturas
Dentro del tipo de fracturas que se pueden producir encontramos fracturas con o sin desplazamiento, abiertas o cerradas, simples o conminutas, fracturas por estrés, edemas óseos y fracturas por osteoporosis.
Fractura con o sin desplazamiento
Tras la fractura el hueso puede, desplazarse, en este caso, se produce una separación de los bordes de la fractura, o romperse sin que haya desplazamiento.
Fracturas abiertas y fracturas cerradas
En ocasiones, cuando la fuerza de aplicación o la intensidad del impacto es muy alto, la rotura del hueso puede provocar que se rompa, también, el tejido circundante, desde dentro hacia fuera, llegando a producir, incluso, la rotura de la piel; hablamos aquí de fracturas abiertas; en este tipo de fracturas existe un mayor riesgo de infección. En las fracturas cerradas, en cambio, si bien sí existe rotura del hueso, la piel permanece intacta.
Fracturas simples o conminutas
Cuando un hueso se fractura puede romperse en un solo trazo, es decir encontramos una sola línea de fractura, es decir, una fractura simple, o romperse en varias partes, lo que se conoce como fractura conminuta.
Fracturas por estrés
Son aquellas que se producen cuando se producen fuerzas de presión o impacto de manera repetida en un hueso. Suelen producirse sobre todo en deportistas o personas que realizan actividades físicas de manera frecuente.
Fracturas por osteoporosis
Este tipo de fracturas es una de las más importantes, ya que aproximadamente 3 millones de personas padecen de osteoporosis en nuestro país. La osteoporosis es una patología que afecta al tejido óseo, produciéndose una disminución de la densidad de la masa ósea. Esto hace que los huesos se vuelvan más débiles, aumentando el riesgo de fracturas.
Edema óseo
No es un tipo de fractura como tal, pero sí produce una alteración del hueso trabecular, que es la estructura interna que forma nuestros huesos. Esta estructura trabecular, está formada por una gran cantidad de vasos sanguíneos, que pueden verse afectados, dando lugar a una inflamación interna en el hueso. Tienes más información sobre el edema óseo en nuestra web.
Fractura de Colles
La fractura de Colles es una fractura del radio en su parte más distal, es decir, la porción más cercana a la muñeca. Esta fractura se reconoce por su deformidad en dorso de tenedor producida por el desplazamiento dorsal del fragmento distal del radio.
Normalmente se da tras una caída de frente en la que se apoyan las manos para frenarla.
Es frecuente que sea una fractura desplazada y susceptible de intervención quirúrgica para reducirla. Esto suele conllevar una férula inmovilizadora, con sus correspondientes beneficios y consecuencias. El beneficio será asegurar la consolidación en una posición correcta, y las consecuencias de la inmovilización serán pérdida de masa muscular, pérdida de fuerza, pérdida de sensibilidad, etc. Por ello, siempre que sea posible, sería idóneo colocar una férula que pueda retirarse para tratar con fisioterapia y para conservar la higiene de la zona, y que posteriormente se pueda volver a colocar.
El tratamiento de esta fractura, como en todas, debe ser temprano. No se diferencia del resto de fracturas, pudiendo utilizar en fases tempranas las herramientas de observación de acciones, entrenamiento cruzado, terapia espejo, discriminación táctil, imaginería motora, acompañando de tecnologías como Sistema Superinductivo, Vacumed, Láser de alta energía, Ondas de choque, Resonancia magnética terapéutica MBST a través del dispositivo Arthro-Spin-Lift.
Además, contamos con un dispositivo de oclusión arterial parcial, con el que se puede realizar ejercicio específico de la zona lesionada evitando cargas altas, pero generando un estrés metabólico suficiente como para no perder masa muscular.
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