¿Tiene con frecuencia dolores en la espalda que aparecieron tras comenzar con desarreglos menstruales? ¿Ha tenido alguna fractura ósea sin tener como causa un gran traumatismo y sospecha que sus huesos son más frágiles que antes?
Podría tratarse de la tan famosa Osteoporosis, sufrida por la gran mayoría de las mujeres mayores de 50 años. Explicaremos brevemente en qué consiste y cómo podemos prevenirla de la manera más natural. Pues bien, se trata de una enfermedad silenciosa que muchas veces no se detecta hasta una eventual fractura, lo cual hace realmente importante el diagnóstico precoz para evitar llegar a un estado avanzado, mediante un estudio de la densidad ósea o densitometría. Consiste en un trastorno de la estructura trabecular del hueso y una disminución de la mineralización volviéndose los huesos más porosos y frágiles. Los que más se ven afectados son muñeca, cadera y vértebras. La aparición de la menopausia, el sedentarismo, la ingesta de ciertos tratamientos médicos como corticoterapia, el tabaco, una mala alimentación rica en grasa y baja en calcio y el alcohol son algunos de los factores agravantes.
Pero, ¿cómo podemos prevenirla?
Una adecuada ingesta de Calcio retrasaría el progreso de la enfermedad, y para mejorar su absorción es necesaria la vitamina D. La vitamina D se produce de forma natural en el cuerpo tras la exposición a la luz solar, pero además también podemos encontrarla en ciertos alimentos como el pescado azul y el huevo; y además en forma de suplementación. Con respecto al Calcio, los alimentos en los que encontramos una mayor proporción son el pescado azul, como el salmón, sardinas; las hortalizas de hoja verde, como el brécol y la col; los frutos secos como las almendras y las nueces de Brasil. El ejercicio físico también retrasa la aparición de esta enfermedad. Por lo que ejercicio diario en las horas de luz solar, una buena alimentación y una revisión periódica con tu médico son los mejores aliados para combatir esta enfermedad.
En Clínica Luis Baños te ayudamos a elaborar un plan de ejercicio adecuado a sus necesidades físicas, modificando su alimentación y algunas pautas de conducta, y aconsejándole algún suplemento nutricional en caso de que fuese necesario.
¡Cuida tus huesos, y ten una salud de hierro!
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