Tipos de hernias de disco según su localización
La hernia de disco es una patología en la que se produce una salida del contenido interno del disco intervertebral. Este contenido es de consistencia viscosa, parecido a un gel, y se encarga del reparto de cargas a lo largo de la columna vertebral. Este núcleo blando está rodeado de unas estructuras más sólidas en forma de anillos. Son estos los que, al romperse, provocan la salida de su contenido interno, formando la hernia.
Un mal reparto de cargas por mala higiene postural, un manejo de cargas sin control muscular, el desgaste natural debido a la edad, etcétera, provocan una deshidratación y degeneración del disco intervertebral, perdiendo tanto sus cualidades mecánicas como las amortiguadoras. Cuando este proceso se mantiene en el tiempo acaba produciéndose la rotura del disco con la consecuente salida del contenido, lo que deriva en la hernia discal.
Esta patología es más frecuente en personas mayores de 35 años, aunque no hay que descartar que pueda darse en personas más jóvenes.
Cuando la hernia entra en contacto con la raíz nerviosa más cercana puede provocar dolor e inflamación en dicho nervio, dando lugar a síntomas radiculares en el recorrido del nervio, ya sea en niveles cervicales o lumbares.
Hernia discal lumbar
En la columna encontramos unas zonas con mayor movilidad que otras. La zona dorsal, por sus características y por la presencia de las costillas, es una zona más rígida, lo que condiciona que la zona lumbar y cervical tengan que asumir más movimiento. Dentro de la región lumbar, la zona más baja es la más expuesta al sufrimiento y corresponde a las vértebras lumbares L4 y L5, así como a la vértebra sacra S1. Son las propias vértebras las que dan nombre a los discos que se encuentran entre ellas; así, hablamos del disco L4 L5 y del disco L5 S1. Por tanto, las hernias de disco más frecuentes son L4 L5 y L5 S1.
Cuando la hernia se produce en estos niveles da lugar a un cuadro de síntomas conocidos como lumbociática, caracterizado por generar dolor en la región lumbar e irradiado hacia el glúteo y la cara posterior de muslo y pierna, pudiendo, en algunos casos, llegar hasta el pie.
También puede provocar falta de fuerza muscular, incluso parálisis de la musculatura, parestesias, sensación de hormigueo, etcétera. El dolor varía para cada paciente, de igual forma que lo hace la evolución de la patología.
Las raíces nerviosas de L4 y L5 se unen formando el tronco lumbosacro que, a su vez, se une con las raíces nerviosas de S1 a S4, llamado plexo. A continuación, se dividen en las diferentes raíces e irán inervando diferentes regiones desde las lumbares hasta los pies.
Hernia de disco L4 L5
En una hernia discal L4 L5, por lo general, la raíz afectada es L4. Los síntomas de afectación de esta raíz corresponden con la cresta ilíaca hacia la cara anterior del muslo llegando hasta la rótula. Sin embargo, hay ocasiones en las que la hernia puede desplazarse hacia arriba o hacia abajo afectando a otras raíces y provocar sintomatología correspondiente a esta raíz.
HERNIA DISCAL L5 S1
En el caso de hernia discal L5 S1, la raíz afectada es L5. Sus síntomas corresponden con zona glútea, trocánter y cara posterolateral del muslo para luego anteriorizarse a la tibia, empeine y dedo gordo del pie.
Hernia discal cervical
En el caso de la región cervical los niveles más susceptibles de esta lesión son los comprendidos entre la cuarta y la sexta vértebra cervical: C4, C5 y C6.
Las hernias cerviales C4 C5 y C5 C6 provocan sintomatología conocida como cervicobraquialgia, consistente en dolor cervical irradiado hacia el brazo y la mano.
La sintomatología puede variar mucho de un paciente a otro. Desde un dolor neuropático hasta provocar debilidad en la musculatura de la mano y del brazo, haciendo que, incluso, se pierda la fuerza para coger objetos. Además, también puede provocar sensación de hormigueo y parestesias.
Hernia discal C5 C6
Cuando la hernia se encuentra entre la quinta y la sexta vértebra cervical, la raíz afectada es C6. Los síntomas que puede presentar el paciente se manifiestan en la cara anterior del brazo y del antebrazo hacia el pulgar de la mano, tanto en su cara anterior como posterior.
¿Qué es una protusión discal?
En ocasiones oímos hablar de protusión discal. Aunque afecta a las mismas zonas, no es lo mismo que una hernia discal. En el caso de la protusión discal se produce una rotura parcial de las fibras del disco, pero sin llegar a provocar la salida del núcleo blando de su interior. Sí puede darse, sin embargo, un desplazamiento del núcleo provocando un cierto empuje o protusión.
En este caso, la protusión discal puede no dar lugar a ninguna sintomatología o, por otra parte, sí puede provocar un dolor agudo con debilidad muscular o dolores neuropáticos.
En cualquier caso, la protusión discal es una degeneración del disco intervertebral mucho más leve que la hernia de disco, pero puede evolucionar a hernia de disco sin los cuidados y el tratamiento adecuado.
Óscar evitó la cirugía gracias al tratamiento en su hernia discal.
Desde ese día no volví a tomar una sola pastilla. Para mí ha sido un milagro.
[ Puedes ver el testimonio de Óscar al completo]